La bibliofilia es un imperio vasto y populoso, con numerosas provincias muy distintas unas de otras. Hay devotos de los incunables, de los manuscritos medievales, de las ediciones artesanales, de los libros miniatura, de los elzevires, de la tipografía dieciochesca, de los relatos de viajes (pensemos en los hermosos tomos de Burton y del capitán Cook). Una de las provincias más desconocidas es la de la literatura popular. De hecho, cuando se piensa en la palabra bibliofilia, la primera imagen que viene a la mente es la de un coleccionista de onerosas ediciones antiguas. Pero en el amplio territorio que va de la novela gótica a los bolsilibros ochentosos (pasando por folletines, novelas en cuadernillos, pulps y las revistas en formato digest de los años cincuenta), se extiende el coto de caza de los eruditos de lo maravilloso. Una bibliofilia quizá nueva, pero no menos fascinante que la otra.
Y dicho esto, les traigo el libro de hoy. Es una edición del mayor aventurero, Salgari (así como Verne monopoliza en este Museo el título del mayor soñador), impresa por Maucci a principios de siglo. Disfruten de ese mono color sangre raptando a la doncella desmayada, con un delicado brillito de lujuria en los ojos.
2 comentarios:
Y yo dando una y otra explicación de por que coleccionaba bolsilibros y ediciones populares.
A la hora de explicar , envio y leo el primer parrafo de esta entrada
Maravilloso texto y maravilloso blog. Enhorabuena y a seguir con la tarea!
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