La extensa obra del francés Gastón Leroux (1868-1927) no se agota en El misterio del cuarto amarillo o en El fantasma de la ópera. Abunda en textos extrañísimos, bellos e imposibles de olvidar una vez que se han leído. Rasgo este último que permite inferir la naturaleza tanto simbólica como arquetípica de sus tramas. Un buen ejemplo es la historia del mono-hombre Balaoo, publicada por primera vez en 1913. Hoy les traigo los dos tomos en que la Editorial Tor los exhibió en 1934 en los kioscos porteños. Quizá Carlos Gardel llegó a leerlos.
Como pueden apreciar en la primera tapa, nuestro simpático personaje es afecto a cometer ciertas diabluras. Pero podemos quedarnos tranquilos: en la segunda tapa, la dama parece haberle tomado el gusto.
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