Hacia los años treinta, este librito circulaba en los kioscos argentinos, generando sin duda más de una inquietud entre las doncellas que lo veían al pasar. Vestigio de una época de moral pacata y tenebrosa, que aplicaba métodos detectivescos a fin de comprobar una supuesta "pureza".
domingo, 23 de noviembre de 2008
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