A varios de ustedes les gustan los bolsilibros. Ellos también tienen su lugar en el Museo. Hoy traigo algunas muestras de la colección Rastros, editada por la porteña Editorial Acme. Dedicada al género policial, superó los seiscientos números. En ella aparecieron joyas de Fredric Brown, Sax Rohmer y August Derleth, a las que pronto haré lugar.
La galería comienza con un fuerte sabor fantástico, a cargo de La venganza de Thoth. No es recomendable profanar los sarcófagos egipcios. La tapa de La rubia fantasma presenta una simpática exhibicionista de los años cincuenta, con audiencia muy atenta. Le siguen los ondulantes trazos de La sirena de bronce, obra de Cuschie. Y, dado que con el post anterior me quedé con ganas de ver esqueletos, concluyo con algunas amarillentas calaveras, gentileza de Pereyra.
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